sábado, 21 de abril de 2007

DECONSTRUYENDO TABÚES


DECONSTRUYENDO TABÚES:BDSM
(BDSM es una abreviatura para Bondage (ataduras) y Disciplina (BD), Dominación y Sumisión (DS), y Sadomasoquismo (SM).
DR. RICARDO DURANTI
Médico psiquiatra/Grupo Nexo www.nexo.org
Publicado en InfoSida, medio de difusión de la Coordinación Sida del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Es cada vez más habitual recibir consultas acerca de la posibilidad de contagio del VIH en relación a prácticas sexuales no habituales y que generan en los/las profesionales que las reciben una inmediata respuesta que surge más de lo que ellos/ellas piensan acerca de dichas prácticas que de algo basado en la realidad de las mismas.
Derecho, medicina y psicoanálisis tiñeron a las prácticas sadomasoquistas con un tufillo a enfermedad y moralina muy difícil de deshacer, generando en el imaginario social un rechazo automático acerca de la irrupción del dolor y lo (supuestamente) violento –en tanto violencia en sí, como violación del otro– dentro del privadísimo ámbito de lo sexual.
Hoy sabemos que no hay espacios absolutamente privados y que la historia y la realidad todo lo cambian. Hace pocos años era impensable escuchar en una reunión que una pareja relatara ciertos juegos sexuales, y quienes lo hacían eran mirados como “algo anormales” por el resto. Mirada que se originaba en cierto consenso acerca de lo que estaba bien y estaba mal, más que desde una posición propia.
Hoy, en cambio, es cada día más habitual escuchar estos relatos que, independientemente de acordar con ellos o no, suelen ser escuchados como un “algo más” y, la mayoría de las veces, con franca curiosidad.
Dejamos de lado la “normativización” producida por la psiquiatría y el psicoanálisis que ubican al sadomasoquismo como una perversión para hablar de algo más cotidiano y cada vez más difundido y que aquí, para denotar su profunda raíz social como conductas cada vez más habituales, llamaremos prácticas SM y que algunos llaman SM consensual, para otros simplemente SM.
El BDSM es una relación mutuamente consentida, basada en la confianza y en el intercambio.
El dolor físico no es la meta obligada y, a veces, ni siquiera lo es el contacto genital.
La gente que es sumisa (Esclavos/as, Bottoms, Subs) en una escena BDSM no lo es necesariamente en otros aspectos de su vida.
Lo mismo vale para los que son dominantes (Amos, Masters, Dominatrix) en una escena.
Ser sumiso no implica ser pasivo ni dominante ser activo: hay multiplicidad de combinaciones y los roles no son necesariamente fijos.
Dentro del BDSM se encuentran infinitos tipos humanos que no se hallan fijados a esas prácticas sexuales (por eso son llamadas prácticas, lo que las diferencia de las perversiones de la Psicopatología).
La realidad nos muestra un continuo que va desde la inclusión en los juegos sexuales de caricias fuertes a una práctica desarrollada que, contra lo que piensa la gente, es totalmente segura y consensuada, además de responder a reglas de cuidado muy precisas.
Los vínculos SM están basados en la confianza que cada uno/a de los/las participantes siente por el/la otro/a, cosa no frecuente en muchas relaciones sexuales consideradas “no perversas” o “no violentas”.
Las prácticas SM estuvieron siempre avaladas por la cultura en forma tácita: ¿cuántas escenas de la vida cotidiana se encuadran en los criterios de las relaciones SM del tipo Dominante/Sumiso? Por ejemplo las relaciones médico/paciente, analista/analizado, maestra/alumno o jefe/empleado... “¿Qué es en el fondo una relación sexual sino la expresión de una lucha de dominio y poder?”, Foucault dixit... ¿Dónde encuadrar la masiva difusión de tatuajes, aros y perforantes en zonas corporales atípicas? Son elementos hoy totalmente adoptados e incorporados como algo más.
Como toda actividad no admitida abiertamente por los códigos culturales, las prácticas SM suelen ser subversivas de dichos códigos, ya que obligan a los que los sostienen a dar cuenta de los mismos.
En Europa y en Estados Unidos, los bares Leather (cuero) y los clubes SM están cada vez más difundidos. Nadie oculta que los frecuenta. En ellos existe tanta seguridad –o más– que en los espacios heterosexuales o glttb integrados.
Surgen, principalmente en Estados Unidos, asociaciones que reivindican los derechos de quienes practican el SM.
Muchas de ellas invitan públicamente a sus cursos sobre sexo seguro y prácticas SM, aún más seguras. Una de ellas ganó premios y menciones por el nivel de los cursos que ofrecen acerca de sexo y prácticas seguras en relación al VIH y otras ETS.
En Argentina ya existen varios clubes que realizan fiestas y encuentros donde predomina el criterio del sexo protegido y no se olvida la presencia del VIH, sobre todo ante la posibilidad concreta de la aparición de sangre.
La búsqueda de pares en los chats tanto homo como hétero es también frecuente.
La mayor parte de las personas tienen sexo sin acordar límites y sin saber qué quiere el/la otro/a, esto es impensable en una relación BDSM.Previamente existe “la negociación” que es el proceso por el cual se intercambia información acerca de los intereses y los límites.
Los límites son las actividades, palabras o escenas que una persona no desea experimentar y la Safeword (palabra clave) es una palabra en código –generalmente no usada cotidianamente o en un contexto sexual– que indica que al otro que debe detener lo que está haciendo o que debe cambiar de práctica.
Conocer y desmitificar las distintas prácticas sexuales es un imperativo cada vez mas fuerte para poder trabajar en la prevención de la infección por el VIH y no actuar y aconsejar desde los propios prejuicios.