"LAZOS QUE UNEN"
por Guy Baldwin
En el verano de 1977, compartí una escena con Jim Ed Thompson y quien luego sería mi amante, al que Jim me entregó como regalo de cumpleaños.
Jim Ed lo encontró en un bar, le puso una máscara que le cubría los ojos, lo llevó a dar unas vueltas y luego lo llevó a mi casa.
Jim se lo puso sobre sus hombros y lo cargó hasta mi playroom. Mi amante no sabía dónde estaba. Compartimos escenas muy calientes durante varias horas. Nunca lo olvidaré...nunca.
Hoy, me enteré de la muerte de Jim Ed y una parte de mí se fue con él. Porque él ha sido uno de los grandes habitantes de la villa, un portador del fuego sagrado.
Temprano, monté en mi Harley en una carrera en su honor. Escuché al viento pegando en mis oídos, con la esperanza de encontrar algun signo, como quien intentan interpretar los oráculos de Delfos. Oí sonidos, pero no pude comprender su significado.
Repentinamente, en mi mente apareció Jim Ed jugando con mis amigos Larry Hunt, Bruce Rapp, Mike Cahalin, y otros grandes habitantes de la villa que también nos dejaron. Y entonces una sonrisa iluminó mi cara triste.
Este año, daré treinta fuertes latigazos en su honor, en el Inferno.
Adiós, mi Amigo.
Guy Baldwin
Este texto de Guy Baldwin se publicó originalmente como una nota en memoria de su amigo Jim Ed Thompson en la revista Drummer, y luego aparece como dedicatoria en su libro "Ties that Bind" (que traducimos como "Lazos que unen"). Disponible en nuestra Biblioteca.